Quedarse en casa

 

"Pero ayer la ciudad misma se había convertido en mi recuerdo de marinero -al mismo tiempo recuerdo y realidad- y me había dejado llevar a la deriva a lo largo de las boyas. Quizá sea ésta la más profunda melancolía del viajero, que la alegría del regreso siempre está mezclada con algo más difícil de describir, que aquello que has echado tanto de menos también puede seguir existiendo sin ti, que deberás quedarte para siempre allí -donde se encuentra esto- si quieres tenerlo verdaderamente contigo. Pero para ello tendrías que convertirte en alguien que no puedes ser, alguien que se queda en casa. El auténtico viajero vive de su desgarramiento, de la tensión entre el volver-a-encontrar y el volver-a-dejar, y al mismo tiempo ese desgarramiento es la esencia de su vida, no pertenece a ninguna parte. En el todas-partes que frecuenta constantemente faltará siempre algo, es el eterno peregrino de lo carente, de la pérdida, e igual que los auténticos peregrinos de esta ciudad está buscando algo que estaba aún más lejos que la sepultura de un apóstol o la costa de Finisterre, algo que hace señas y permanece invisible, lo imposible".

Desvío a Santiago – Cees Nooteboom 1992

 

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2 respuestas a Quedarse en casa

  1. Teresa dijo:

    Hay que cortar amarras y salir …pronto.Te beso.

  2. Gloria dijo:

    Cómo me gusta salir, ir por ahí, donde sea… me gustaría hacer el camino de Santiago (ya, ya se que tú lo hiciste,o parte, ya te pediré consejo de me decido alguna vez), aunque no por nada religioso sino por ir, conocer a gente que hace mi mismo camino, uno que ya está trazado y que por donde cada persona pasa con un pensamiento distinto, da igual; la cosa es esa, caminar. Yo tamién te beso. pd. no puedo escuchar la canción aqui, ya lo haré.

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