El hormiguero

Este rincón me ha dado la oportunidad de conocer a gente muy valiosa, cuando empecé a narrar aquí cosas muy personales, no tenía ni idea pero estaba abriendo una puerta. Por ella he venido transitando en un mundo que inicialmente tan sólo se circunscribía a una pantalla, a unas letras que me alcanzaban vidas de lugares lejanos. Recuerdo bien aquel comienzo, era un momento difícil. Muchas cosas se estaban desbordando entonces, los sentimientos eran confusos. Desde el silencio, tal y como subtitulaba el rótulo de El Hormiguero, fui hablando. Siempre ha sido una especie de diario, que sin darme cuenta sirvió para tomar contacto con aquellos que fueron asomándose, era como si todo lo que iba dejando en él diera la oportunidad a una presencia inesperada. Gente que me ha invitado a viajar, que me ha abrazado y que comparte generosamente cosas de su vida conmigo. Así El Hormiguero empezó a ser un espacio en que los personajes se han convertido en personas de carne y hueso, que han ido fomentando la amistad.

Sin embargo El Hormiguero siempre tuvo  la inercia de las primeras palabras, de los acontecimientos que lo provocaron. Seguramente porque el motivo originario tiene un peso central muy grande que hace que todo lo que en el mismo se cuenta se sienta como un astro atraido por el centro. No es fácil darse cuenta de estas tendencias, en muchas ocasiones nos arrastran las rutinas que evitan hacerse más preguntas sobre lo que internamente empieza a tirar de nosotros.

El Hormiguero tuvo un comienzo y ahora empezaba a intuir que ha llegado su final, que la historia no da mas de sí. Precisamente porque con el paso del tiempo ha habido una historia, ha habido un trayecto. Uno probablemente se siente mas seguro circulando en una órbita fija, pero hay que tomar impulso y alcanzar lo que verdaderamente nuevo se tiene delante. Ahora siento que las razones que me llevaron a abrir este espacio han desaparecido, mejor dicho se han ido transformando y este rincón que decía,  ha dejado de tener sentido. Desde aquí siento que no avanzo ya, por eso he de poner punto final, hasta aquí ha llegado este blog. Queda aquí porque no me pertenece, sin duda es un lugar compartido.

Esta entrada fue publicada en De la vida tal como se da. Guarda el enlace permanente.

Una respuesta a El hormiguero

  1. Tesa dijo:

    Yo, aquí, te dejo un abrazo.
    Y una mirada.
    Y una sonrisa.
    Y mi voz, casi al oído, sentada junto a ti en un tren o agarrada de tu brazo alguna noche, hace mucho, paseando por Madrid.
    Te llevo en el corazón.

Deja un comentario